SU FAMILIA… HIJOS DE DIOS Y HERMANOS DE TODOS
En la amplia y solariega casa familiar de Gandía, provincia de Valencia, el 27 de diciembre del año 1907 nace Mª Isabel Zapata de Calatayud Benavent, hija de los Barones de Agres y de Sella, D. Adulfo Zapata de Calatayud y Estaña y Dña. Isabel Benavent Ascó.
En el árbol genealógico, sus orígenes se remontan hasta el primitivo reino de Navarra, siendo descendientes del Rey Sancho Garcés II Abarca (970-994) de quien toman el apellido Çapata o Zapata, con el que se denominan hasta el reinado de Alfonso I, el Batallador (1104-1143), el cual por lo mucho que sirvieron en la conquista de la ciudad de Calatayud, les otorgó el privilegio de que usaran el apellido Calatayud después del de Zapata. Posteriormente, el Rey Juan I, el Amador de las gentilezas, les dio otro privilegio por el que quedaban con el primer apellido Calatayud, perdiéndose en ellos el Zapata al quedar en segundo lugar.
La Baronía de Agres y de Sella data del año 1514, título concedido por Carlos I a Mosén Juan de Calatayud, que entonces era señor de estas poblaciones.
En esta familia, sin embargo, los títulos nobiliarios y la distinción social de que gozaban nunca sobresalieron por encima del verdadero honor de saberse cristianos, hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. Para ellos parecía escrito este pensamiento de Santa Teresa de Jesús: “Dios nos libre de personas que le quieren servir, acordarse de honra”. Y esto que la Sierva de Dios viviría de modo ejemplar como Carmelita Descalza, lo vería siempre hecho realidad en la vida de sus padres que, con toda sencillez, hacían gala no de superioridad social, sino más bien de fina caridad evangélica para con todos, especialmente hacia aquéllos más pobres y necesitados; la misma servidumbre de la casa era tratada con amor, respeto y cariño, como si de miembros de la familia se tratase.
Del matrimonio formado por D. Adulfo y Dña. Isabel nacieron nueve hijos: María Josefa, Adolfo, María Inés, María Milagro, María del Castillo, Juan, María Isabel, Herminio y Rafael; María Inés, María del Castillo y Rafael morirían en edad muy temprana.
D. Adulfo era dieciséis años mayor que su esposa, sin embargo, ésta supo secundar, con gran amor y dulzura, a su esposo en todo cuanto se refería a la educación de sus hijos.
Bautizar lo antes posible a los hijos que Dios les concedía era para los Barones de Agres y Sella una gozosa exigencia, fruto del testimonio que como cristianos se sentían llamados a dar. La Sierva de Dios, María Isabel, recibió el santo bautismo al día siguiente de su nacimiento, a las seis de la tarde, sobre la pila en la que fuera bautizado el célebre San Francisco de Borja. El 28 de diciembre, mientras el frío helaba en aquella hora vespertina, ya había un corazón más donde ardía la caridad de Dios.
Una profunda vivencia evangélica irradiaba del seno de esta familia. El amor a Dios y al prójimo fue la norma suprema que D. Adulfo y su joven esposa sembraron en el corazón de sus hijos.
El título de Barón de Agres y de Sella lo heredó D. Adolfo, y de éste pasó a su hermano D. Juan, ambos hermanos de la Sierva de Dios. Actualmente lo ostenta, Dña. Mª Isabel Rosa Beatriz, hija de D. Juan Calatayud Benavent.