“Mi querida Madre, llevo tiempo queriendo escribirle, pero por tema de médico y hospital no he podido.

Verá, hace unos meses un día sentí un fuerte ahogo, me dolía el pecho, me faltaba el aire; yo pensé: “tendré el covid 19”. Yo no salgo de casa, vivo en el campo, como sabe, y mi hija y mi yerno me traen la comida; ni siquiera veo a mis nietos, ni familiares, y la policía me trae los medicamentos. Así una semana. Yo le pedía a la Madre Mª Isabel: “Madre, estoy sola con tu única compañía que es muy grande, pero no sé qué me pasa”. Tenía mareos, angustia, dolor en el pecho y en el brazo y no quería decir nada; sólo pensaba cómo se lo decía a mi hija, que lleva a los nenes al colegio y después se va a trabajar. Pero un día, a las 7 de la mañana, la llamé. Me dijo: “Te recojo, te llevo a Aspe en urgencias y al regreso te recojo”. Le dije, no hija, voy a pulsar el botón de Cruz Roja y les digo lo que me pasa. Me dijo: “¿Tan mal estás?”. Le dije, sí. Llamé. Y, en seguida la ambulancia en casa y al hospital del Vinalopó.

Cuando me subieron a la ambulancia le dije, “Madre María Isabel, acompáñeme”. Entonces sentí que no iba sola. Con esto de la pandemia no dejaban estar a nadie. En seguida fui atendida, pasada a observación y no hacía ni 6 horas me dijeron que me subían a planta y empezaron a hacerme pruebas. Fue todo muy rápido. Llevaba 3 vías puestas para combatir lo que me pasaba, preparándome para cateterismo de coronarias y el tubo para ver las válvulas desde fuera. Estando haciéndome el cateterismo yo tenía a la Madre Mª Isabel al lado. Estuve hablando con ella y super tranquila. Cuando terminó, me dijo el médico: “Ha estado Ud. hablando con alguien, muy tranquila, y quiero decirle que todo ha salido bien de las coronarias; y no he necesitado ningún catete”. Luego fue el tubo. Ahí tuvieron que sedarme y allí también sentí la compañía de la Madre Mª Isabel.

Yo sé que es muy fuerte creerlo, pero es así como lo cuento.

Madre, Ud. sabe el fuerte lazo que me une con la Madre (Mª Isabel). Murió el día de mi cumpleaños y ese día me dejó el regalo de su compañía y no es la primera vez que me pasa cosas cuando la invoco, y ella me concede su gracia para ayudar a las personas.

Decirles que estuve nueve días hospitalizada. Diagnóstico: ¡insuficiencia cardíaca! Estoy en manos de un gran cardiólogo que en este tiempo va ajustándome la medicación. Doy gracias a Dios de tenerla siempre que la necesito.

Hoy le pido por una persona que va a ser operada de riesgo y sé que con su bendita gracia saldrá bien. Cuando tenga el resultado de esta gracia lo escribiré también.

Y decirle a las personas que lean esto que le recen y la invoquen cuando la necesiten y ella les ayudará. Tengan fe”.

Nieves García. Hondón de las Nieves.
Febrero de 2021

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“Querida Reverenda Madre, como le dije en mi anterior carta que estaba pidiendo a la Madre María Isabel por un chico que tenía un bulto en la cabeza y estaba en riesgo de perder en un ojo la “visión”, llamé al convento y les pedí que me ayudaran para que la Madre se pusiera en las manos de los médicos y saliera todo bien. Ese día, miércoles, estuve rezando y pidiéndole a la Madre su gracia.

Mi hija le tiene un gran afecto al chico y estaba muy preocupada.

Gracias. Todo salió bien. Un día lo vi y me dijo que estaba muy bien; y me alegré, aunque yo ya sabía que lo que pongo en las manos de la Madre Mª Isabel ella me ayuda.

Les estoy muy agradecida porque ustedes también me atienden cuando les llamo y les pido su ayuda.

También decirle que ya llevo las dos vacunas y ni un síntoma; me encuentro genial. Un abrazo a toda la Comunidad.

Nieves García. Hondón de las Nieves.
Febrero de 2021

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